El proceso es lo que da vida al diseño.
Empiezo analizando la idea principal: qué se quiere comunicar y a quién. Luego viene la parte más divertida: bocetar, probar paletas, crear composiciones y experimentar con estilos hasta encontrar algo que realmente conecte.
Me gusta que el proceso se sienta libre pero con intención; que cada paso aporte algo nuevo. En Blum trabajamos bajo la idea de que el diseño no solo debe verse bien, sino sentirse bien.

